lunes, 11 de agosto de 2008

Lolo Jones


Lolo Jones pasó la mayor parte de su niñez escapando de locadores que reclamaban el pago del alquiler, pero una vez que logró arraigarse un poco, su talento atlético floreció al punto de que ahora es favorita para ganar los 100 metros con vallas en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Ese hubiera parecido un escenario bastante improbable cuando Jones, sus hermanos y su madre tocaron fondo y se vieron obligados a dormir en el sótano de una iglesia.
"Durante ocho años cambié de escuela todos los años," recordó la atleta de 26 años ante periodistas en el predio de entrenamiento de su equipo en Pekín.
La estadounidense relató que fueron tiempos duros. Su madre crió a los hijos sola dado que su padre se unió primero a la Fuerza Aérea y luego fue a prisión.
"Ella trabajaba todo lo que podía, pero en una época no teníamos vivienda y terminamos en el sótano de una iglesia del Ejército de Salvación," dijo Jones.
La atleta contó cómo cada mañana salía a hurtadillas y hacía de cuenta que acababa de llegar, para que los otros niños que realizaban actividades diurnas no supieran que ella vivía en la iglesia.
"Cuando llegué a la secundaria, le dije a mi madre: 'Mamá, no quiero mudarme más', y finalmente nos establecimos. Pero incluso después de eso viví con cuatro familias distintas," reveló.
Sin embargo, Jones sostuvo que su difícil niñez en Des Moines, estado de Iowa, la ayudó a desarrollar su personalidad.
De muy chica aprendió a hacerse amigos ni bien llegaba a un nuevo hogar, explicó.
Bendecida con una sonrisa a flor de labios y unos sorprendentes ojos verdes provenientes de una genealogía que ella describe como "en parte afroamericana, americana nativa, francesa y con un toque noruego," siempre supo llamar la atención.
Sin embargo, señaló, correr en la escuela era simplemente un interés accesorio.
"Yo sólo quería salir de la pobreza y sabía que la universidad era la respuesta," dijo.
Primero ganó una beca de ciencias y luego su talento deportivo le valió una beca de atletismo en Louisiana.
Aun con una base estable, el progreso de Jones era más firme que espectacular.
Cuando se graduó en economía sin ingresos en vista, tuvo que tomar la difícil decisión sobre perseguir su sueño o comenzar una carrera rentada.
Optó por lo primero y trabajó en tres empleos simultáneos para financiar su entrenamiento y sus viajes, sudando con un calor abrasador para ahorrar electricidad.
Hasta que, finalmente, apareció un patrocinador.
Su progreso continuó a paso firme y cada año fue alcanzando su mejor rendimiento, pero el sueño olímpico de Atenas 2004 desapareció cuando no logró siquiera llegar a la final de la competencia clasificatoria.
Cuatro años más trade, se vio compensada al ganar la clasificación estadounidense con un tiempo de 12,29 segundos con viento a favor.
Previamente había marcado un crono legal en semifinales de 12,45 segundos, no sólo su mejor marca personal sino también la más baja registrada este año.
"Cuando crucé la línea me vino a la mente por un segundo el momento en que no logré clasificarme," recordó.
"De pronto no sólo era la más rápida de Estados Unidos, sino del mundo," añadió.
Jones demostró que además puede competir a nivel mundial al triunfar también este año en los Mundiales de atletismo en pista cubierta, al igual que en encuentros disputados en Barcelona, Londres y Estocolmo.
"Siento algo raro cuando miro hacia atrás, aquellas épocas en las que participaba en 12 carreras seguidas y terminaba tercera, pensando '¿ganaré alguna vez?,"' señaló.
"Supongo que ahora soy la rival a vencer," concluyó.

Fuente: REUTERS

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